17 Sep CUIDANDO MI JARDÍN
Para establecer las bases de lo que sería la terapia, me gustaría dejaros una metáfora que enmarca a la perfección mi manera de trabajar con cada persona.
Vamos a suponer que eres un jardinero al que le encanta cuidar de sus plantas. Además, imaginemos que esas plantas son las cosas que quieres en tu vida. ¿Cómo son esas plantas? ¿Tienen flores? ¿Huelen bien?
Sabemos también que en los jardines suelen crecer las malas hierbas. Hay jardineros que las cortan nada más verlas salir, pero vuelven a aparecer una y otra vez, por lo que se esfuerzan en cortarlas para tenerlas controladas. Esto solo hace que se abandone el cuidado del resto del jardín, puesto que están tan centrados ocupándose del problema que no hay tiempo para el resto.
Sin embargo, las plantas no siempre dan flores en el momento que se quiere, o a veces, se marchitan a pesar de los cuidados.
En ocasiones, nos encontraremos con plantas que tienen partes que no nos gustan pero que tienen una función. Esto es lo que ocurre con los rosales, por ejemplo, que es necesario que tengan espinas para que puedan dar rosas.
También ocurre que hay cosas que como jardinero, no puedes controlar, ¿puedes elegir el número de flores que da una planta? ¿el color? Puede que te impacientes porque hay plantas que necesitan más tiempo para crecer, o que lo que sale al inicio no te guste. Pero no por ello la debes arrancar de cuajo, ya que nunca verás lo que te puede ofrecer, sino que tu trabajo girará en torno a cuidar semillas sin llegar a vivir el crecimiento de la planta.
El trabajo que haremos en la terapia es como plantar una nueva semilla en tu jardín, y la tendremos que hacer crecer entre las dos. Pero es importante que sepas que yo no podré plantar semillas por ti en tu jardín, ni decirte cuáles tienes que plantar y tampoco podré cuidarlas. Solo podrás hacerlo tú.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row] El trabajo que haremos en la terapia es como plantar una nueva semilla en tu jardín, y la tendremos que hacer crecer entre las dos. Pero es importante que sepas que yo no podré plantar semillas por ti en tu jardín, ni decirte cuáles tienes que plantar y tampoco podré cuidarlas. Solo podrás hacerlo tú.
¿Qué plantas hay en tu jardín? ¿Podrías dejar de pensar un momento en la planta que te molesta? ¿Hay alguna que no estés cuidando como te gustaría? REFERENCIAS:
Wilson, K. G. y Luciano, M. C. (2002). Terapia de aceptación y compromiso. Un
tratamiento conducta orientado a los valores. Madrid: Pirámide.